martes, 19 de junio de 2012

Y ojalá que ocurra siempre

Me desperté de un largo sueño. Miré mis apuntes y recordé que estaba estudiando cuando me flaquearon las fuerzas y el sueño aprovechó aquel momento para invadirme y cerrarme los ojos. Estaba agotada de tanto estudiar y maldecía mi existencia en aquel momento, cuando me di cuenta de que no tenía excusa para protestar, pues estos momentos de estrés y tensión propios de los exámenes y el cansancio que provocan, no eran nada comparado con la satisfacción  de saber que has encontrado tu sitio. La satisfacción de saber que no te has equivocado en tu decisión. La satisfacción de hacer lo que te gusta sin mirar al futuro, solo al presente, y así poder disfrutar el momento. La satisfacción de recoger los dulces frutos de aquella planta de raíz tan amarga. Hay poca gente que tiene esta satisfacción, así pues me siento afortunada.
Ojalá en todas las decisiones que tome a lo largo de la vida sienta esta misma sensación.

1 comentario:

Mariscal Herranz dijo...

Claro que si! Es la decisión correcta, porque incluso en los malos momentos, cuando incluso te preguntas: ¿Qué demonios hago aquí?, en el fondo sabes, que volverías a decidir lo mismo un millón de veces más.

P.D: ROMA!!!!!!!!!!